Que no te engañe el silencio

En Panamá, tenemos una costumbre peligrosa…
esperar a que algo suene, para hacerle caso al carro.

Y uno de los componentes más ignorados
—hasta que ya no hay vuelta atrás—

Es la suspensión.

Sí, ese sistema que está ahí abajo, invisible,
aguantando baches, curvas, frenazos y huecos en la 24 de diciembre,

Lo que muchos no saben es que la suspensión
no solo tiene que ver con comodidad.

También tiene que ver con seguridad.
Y con dinero. Mucho dinero.

Porque si una pieza se desgasta y no la cambias a tiempo,
el daño no se queda ahí.

Puede afectar el tren delantero completo, desalinear el carro,
dañar las llantas prematuramente,
o en el peor de los casos…
provocar un accidente.

Y no es por meter miedo, pero cuando un amortiguador se vence y tú no lo sabes,
el carro puede perder estabilidad en plena carretera.

¿Te imaginas eso con lluvia en la autopista?

Perdón si suena muy dramático,
pero sabes que es algo que nos puede pasar si no tomamos las precauciones.

Lo bueno es que esto se puede evitar.

Solo hace falta un poco de consciencia
y dejar de ver la suspensión como algo que solo se revisa
cuando ya hace clac clac clac cada vez que doblas.

Revisarla cada cierto tiempo es más barato que arreglarla cuando ya se rompió.

Y más importante aún,
… puede evitarte un susto, un gasto innecesario o una historia que pudo terminar peor.

Así que, si hace rato no revisas cómo está el tren delantero de tu carro…
este es tu recordatorio.

No por mí.
Por ti.

Y por los que se montan contigo todos los días.

Nos leemos mañana. 🚗🔥

PD: veces, un sonido mínimo es el aviso de algo grande que está por venir. Si tu carro pudiera hablar, probablemente ya te habría pedido una cita en el taller hace rato.

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